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lyrics
«Uno es uno
y está solo,
sí, completamente solo en la enorme joya del mar,
y siempre será así»
(Huxley, La Isla)
(Estribillo)
Tal vez un día sepamos respirar esos humos,
beber su vino,
ignorar que atardece,
vivir a plazos,
exhibir el número de serie,
hasta entonces…
hasta entonces.
(Rase Tapándari)
Nuestro espejo se volvió traslúcido con la distancia
crecimos ya ignorando que éramos isleños,
a pesar del miedo,
de los mensajes hipnopédicos que repetían.
«¡insensato, allí no hallarás agua».
¡Qué noche más larga!
y solo eran las una.
Esa bóveda nos hizo diminutos.
Sin luz, sin huellas, sin un rostro…
Un lastre de dudas
y un signo en el entrecejo.
¡Qué honda fue la herida!
¡Qué dolor al retirar a la venda!
¡Qué bonito paisaje
espejan nuestros ojos!
¡Qué ligera esta camisa
harapienta!
¡Qué sano este frio de intemperie
y no el de sus cadenas!
(Estribillo)
Tal vez un día sepamos respirar esos humos,
beber su vino,
ignorar que atardece,
vivir a plazos,
exhibir el número de serie,
hasta entonces…
hasta entonces.
(Ruken)
Con el brillo del mar en los ojos,
tomamos esta isla singularizando el nosotros.
Sobrevivimos sin matar dioses para comer, conquistamos
montes lejanos, cambiamos de aires por placer.
Eh! No porque nadie nos eche, como esos arboles
el terreno es el que nos empuja a crecer fuerte.
El agua es más pura cuando se funde la nieve,
la providencia es la colmena, solo comemos sus mieles.
Irreverente por ende si vivíamos tras los bienes
ahora la dicha nos enloquece.
Viendo nubes grises en horizontes lejanos,
humanos reseteados.
En nuestro cielo no hay ni ángeles ni astros.
Después de romper las cadenas
hasta el «crujío» del volcán nos pareció un canto alegre ¿verdad?
Vamos con la dignidad del que suda,
somos libres
porque aprendimos a conseguir vino pisando las uvas.
(Rase Tapándari)
Pájaros del trópico
en los árboles que nos dan sombra
pían: «¡atención! ¡es aquí y ahora!»
Oyendo las olas desde la orilla
vemos como rompe en su distancia su neurosis colectiva.
Textos en pali en piedra maciza:
«El agua en calma
deja ver qué es lo que brilla
y qué la contamina».
Un sol de justicia radia
nos hace sudar la rabia,
el deseo y la avaricia.
El corazón tiene razones diferentes de las endocrinas.
Nos hablan del maithuna.
Nadando en la duda
el fondo dejó de aterrarnos.
Miramos al dolor para evitar que el cuerpo sufra
aunque suene extraño.
No hay verdad absoluta reza cada texto,
solo intuición para afrontar lo que es incierto.
(Ruken)
Leyendo el futuro en la natura y su concierto,
medimos el tiempo viendo luces vagueando por el cielo.
La prole son los cimientos,
sentirnos pequeños genera una alegría que nos extasia.
Sobre esta arena blanca forjando por patria,
cobijarnos en la sombra que genera nuestra espalda.
Explorando nuestro interior, fuera solo hay hectáreas.
Elegimos ser salvajes, vivir en vilo,
porque lejos de ellos no encontraremos vestigios de animales extinguidos.
(Rase Tapándari)
Los niños junto al río,
preguntándonos a dónde vamos,
de dónde venimos,
que necesitamos,
bebiendo de la poza con las manos.
Les enseñamos marcas del caudal,
que somos nada ante los astros,
nadie ante el humano,
energía fugaz.
(Estribillo)
Tal vez un día sepamos respirar esos humos,
beber su vino,
ignorar que atardece,
vivir a plazos,
exhibir el número de serie,
hasta entonces…
hasta entonces.
(Fragmento de Un Mundo Feliz, Aldous Huxley)
Un Estado totalitario, realmente eficaz sería aquel en el cual los
jefes políticos todopoderosos y su ejército de colaboradores pudieran
gobernar una población de esclavos sobre los cuales no fuese
necesario ejercer coerción alguna, por cuanto amarían su servidumbre.
Inducirlos a amarla es la tarea asignada a los actuales Estados
totalitarios, a los ministerios de propaganda, los directores de los
periódicos y los maestros de escuela.
credits
from
Ontotrip,
released November 25, 2016
Letra y voz: Rase Tapándari y Ruken
Música: Stash House
Imagen: Rafael Jiménez/Rase Tapándari
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